viernes, 2 de julio de 2010

Botánica Sistemática

La sistemática es la ciencia dedicada a inventariar y describir la biodiversidad y comprender las relaciones filogenéticos entre los organismos. Incluye la taxonomía (ciencia del descubrimiento, descripción y clasificación de las especies y grupos de especies, con sus nombres y principios) y también la filogenia (relaciones evolutivas entre los organismos).

En general, se dice que comprende la clasificación de los diversos organismos vivos. En biología, los que sistematizan son los científicos que clasifican las especies y otros taxones a fin de definir el modo con que ellos se relacionan evolutivamente.

El objetivo de la clasificación de los seres vivos, llamado taxonomía, fue inicialmente el de organizar las plantas y animales conocidos en categorías que pudiesen ser referidas.

Posteriormente la clasificación pasó a respetar las relaciones evolutivas entre organismos, organización más natural que la basada apenas en características externas. Para esto se utilizan también características ecológicas, fisiológicas y todas las otras que estuvieren disponibles para los taxones en cuestión.

Es a ese conjunto de investigaciones al respecto de los taxones que se da el nombre de Sistemática. En los últimos años han sido intentadas clasificaciones basadas en la semejanza entre genomas, con grandes avances en algunas áreas, especialmente cuando se juntan a esas informaciones aquellas oriundas de los otros campos de la Biología.

La clasificación de los seres vivos es la parte de la sistemática, ciencia que estudia las relaciones entre organismos, que incluye la colecta, preservación y estudio de especimentes y el análisis de los datos venidos de varias áreas de investigación biológica.

Nomenclatura es la atribución de nombres (nombre científico) a organismos y a las categorías en las cuales son clasificados.

El nombre científico es aceptado en todas las lenguas y cada nombre, se aplica a una especie.

Hay dos organizaciones internacionales que determinan las reglas de nomenclatura, una para zoología y otra para botánica. Según esas reglas, el primer nombre publicado (a partir del trabajo de Lineu) es el correcto, a menos que la especie sea reclasificada, por ejemplo en otro género.

La reclasificación ha ocurrido con cierta frecuencia desde el sigo XX. El Código Internacional de Nomenclatura Zoológica preconiza que en este caso se mantiene la referencia a quien primero describió la especie, con el año de la descripción, entre paréntesis y no incluye el nombre de quien reclasificó.

Esta norma internacional recurre, entre otras cosas, del hecho de ser aún nuevo el abordaje genético de la taxonomía, sujeta a revisión debido a nuevas investigaciones científicas, o simplemente la definición de nuevos parámetros para la delimitación de un taxón, que pueden ser morfológicos, ecológicos, comportamentales, etc.

Historia
El primer sistema de clasificación fue el de Aristóteles en el siglo IV A.C., que ordenó los animales por el tipo de reproducción y por tener o no sangre roja. Su discípulo Teofrasto clasificó las plantas por su uso y forma de cultivo.

En los siglos XVII y XVIII los botánicos y zoólogos comenzaron a delinear el actual sistema de categorías, aun basados en características anatómicas superficiales.

Sin embargo, como la ancestralidad común puede ser la causa de tales semejanzas, este sistema demostró aproximarse de la naturaleza y continúa siendo la base de la clasificación actual. Lineu hizo su primer trabajo extenso de categorización, en 1758, creando la jerarquía actual.

A partir de Darwin la evolución pasó a ser considerada como paradigma central de la Biología y con eso evidencias de la paleontología sobre formas ancestrales y de la embriología sobre semejanzas en los primeros estadios de la vida.

En el siglo XX, la genética y la fisiología se tornaron importantes en la clasificación, como el uso reciente de la genética molecular en la comparación de códigos genéticos. Programas de computación específicos son usados en el análisis matemático de los datos.

En febrero de 2005 Edward Osborne Wilson, profesor jubilado de la Universidad de Hardvard, donde forjó el término biodiversidad y participó de la fundación de la sociobiología, al defender un “proyecto genoma” de la biodiversidad de la Tierra, propuso la creación de una base de datos digital con fotos detalladas de todas las especies vivas y la finalización del proyecto Árbol de la Vida.

En contraposición a una sistemática basada en la biología celular y molecular, Wilson ve la necesidad de la sistemática descriptiva para preservar la biodiversidad.

Desde el punto de vista económico, la sistemática puede traer conocimientos útiles en la biotecnología y en la contención de plagas emergentes. Más de la mitad de las especies del planeta es parasitaria y la mayoría de ellas aún es desconocida.